El eje constructivo de Carne rota es el desgarramiento, metafórico o concreto, físico. Los cuentos muestran una variedad de tópicos que zarandean al lector de aquí para allá, con descripciones que representan mundos concretos, palpables, misteriosos o cotidianos, e inquietantes. Los personajes son atravesados por algo que los mueve de su centro, que los hace preguntarse sobre su vida, que los lleva al abismo, que los incita a la destrucción. Desde el fantástico al grotesco, recorriendo el cuento psicológico o introspectivo, la escena minimalista o la historia en abismo, la autora nos lleva a través de distintos géneros con la soltura de estilo y la variedad de puntos de vista, que capturan la atención del lector.