En Rosario, el problema no es el crimen sino el Estado. Ahora bien, ¿por qué en la ciudad portuaria el entramado narco se produce y reproduce de forma extraordinaria a través de la violencia letal? La violencia narco rosarina está determinada por dos fenómenos concomitantes. Por un lado, el quiebre y, por ende, ausencia de la regulación ilegal del emprendimiento narco local por parte de la policía con el sostenimiento del aparato judicial y de los gobiernos políticos. Por otro lado, la fragmentación criminal signada por la proliferación de grupos delictivos rústicos, con baja capacidad de gerencia de los territorios y extremadamente violentos. Sin potestad estatal legal e ilegal y sin un gobierno criminal dominante, la violencia caracterizó el negocio narco.