“Si hay algo que me gusta de Javier Roldán es la carcajada franca, abierta, ruidosa, que tiene y contagia. No podés evitar reírte junto a él, con él. Cuando me pidió que le escriba el prólogo para este libro, la sorpresa del pedido dio paso a un momento de silencio y pensé que enseguida llegaría su carcajada. Pero no, no llegó, lo que llegó fue una sonrisa amplia, y acepté, con mezcla de agradecimiento y muchas dudas: ¿qué podría decir de un libro tan alucinante como este?”